Valladolid Nocturno

De Crónicas Nocturnas
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Hijos de la noche, tras haber pasado un mes sin saber de nuestro amado Arzobispo, y con diversas facciones enemigas presionando las fronteras de nuestro dominio, yo, Lucía Merino, a petición de los antiguos de la ciudad, declaro abierto el Arzobispado de Valladolid. Sabed todos los que os encontráis en la siguiente lista que estáis invitados a la celebración del cónclave en el que se decidirá la identidad de nuestro nuevo Arzobispo, en el Palacio Sangriento, el 17 de Mayo de 2015. Acudid de buena fe, y dejad vuestras rencillas a un lado, pues mucho es lo que hay en juego.
Lucía Merino, sacerdote del Arzobispado.

Así comenzaba la andadura de Crónicas Nocturnas Valladolid en Mayo de 2015, con una treintena de personajes que han ido evolucionando, desapareciendo y siendo sustituidos. Actualmente afronta el tercer capítulo con una situación alarmante para el Sabbat.

Valladolid Nocturno
Valladolid Nocturno
Fecha de inicio 18/04/2015
Facciones de juego Sabbat
Organizador Crónicas Nocturnas
Página web [Crónicas Nocturnas]
Correo de contacto [Narrador]


Metatrama

Situación Inicial

El arzobispo de Valladolid, Alfonso de Castro, ha muerto asesinado en sus propios aposentos, incluso estando protegido por sus ghouls y guardias. La investigación, aún inconclusa, determinó que Alfonso fue atacado por un individuo de aspecto humanoide, ojos de color verde llameante, y capaz de estacar al poderoso Lasombra incluso en medio de su sudario de la noche.

Los Cainitas de la ciudad se reunieron para escoger al mejor entre todos ellos, mientras las cenizas del De Castro seguían calientes, siendo elegido otro Lasombra, Agustín Pallares. Sin embargo, la reunión tuvo un abrupto final debido al irrespetuoso ataque de cuatro cazadores al refugio comunal que Pallares había designado para el evento.

Éste reorganizó la estructura de poder vallisoletana y comenzó a mover sus hilos para asentarse. Sin embargo, muchas más cosas acaecían esos meses. Un extraño pergamino fue encontrado en una cripta mística en pleno corazón de la ciudad. Una cripta que engulló a uno de los tres inquisidores enviados a Valladolid con instrucciones de investigar cierta acusaciones sobre De Castro, además de acabar con algún otro cainita local. El pergamino está siendo investigado por múltiples vástagos, entre ellos Tremere antitribu y Assamitas refugiados por Pallares en la ciudad a cambio de ciertos servicios y lealtad.

Una poderosa enfermedad aflige a varios de los Cainitas, algo que afecta a su sangre y que se sospecha es de origen infernalista. Así mismo, hay rumores de la circulación de una extraña y adictiva droga que causa comportamientos anómalos. Cada vez con mayor frecuencia, han ido apareciendo extraños vástagos, si es que lo son, que realizan ataques indiscriminados sobre el ganado pero también sobre los propios vampiros locales, como si no pudieran contener su sed de sangre. Y nadie los había visto jamás.

La población lupina se ha levantado en masa contra Pallares y sus seguidores, a causa de los intentos por reencontrar la cripta mística en zonas pertenecientes al territorio Garou. La última afrenta, la muerte de un emisario enviado a exigir ciertas condiciones draconianas a Pallares para evitar una guerra total. Nadie sabe cómo murió el emisario, y lo peor es que nadie ha hecho nada al respecto.

La guerra ha estallado, los Garou cazan a los Cainitas tan estúpidos como para no huir a tiempo. Sin embargo, los extraños vampiros descontrolados, denominados “cabezas de pala” en alusión a la conocida táctica Sabbat, han atacado por igual a ambas facciones. ¿Cómo continuará esta situación? ¿Quién perderá más?

Estructura de poder

Manada Ultraconservadora: Sombra de Caín

La Sombra de Caín mantiene su territorio en la zona centro de Valladolid, desde donde puede controlar a los ciudadanos más adinerados e influyentes. Tiene su refugio principal en el antiguo y conocido Monasterio de San Benito, desde cuyas catacumbas pueden acceder a multitud de lugares sin ser vistos por nadie. Sus miembros son seguidores de la secta a conciencia, y suelen ser el principal apoyo del Arzobispo cuando este necesita efectivos. Consideran que la secta en Valladolid debería convertirse en una punta de lanza para una próxima ofensiva contra la Camarilla, y que para ello todos sus miembros deben estar unidos y entrenados marcialmente.

Agustín Pallares: El Ductu de la manada, es un Lasombra ferviente seguidor del sistema establecido, que confía en la organización religiosa del Sabbat como lo hacía en vida en la propia Iglesia Católica. Fanático y seguro de sí mismo, lidera a la manada ultraconservadora con fe ciega en el arzobispo, deseando abrirse paso hacia puestos de mayor responsabilidad en la secta. SI el arzobispo ordena atacar, atacará. Elegido como nuevo Arzobispo de Valladlid tras el Cap 1.
Lorena Cabrerizo: Este antitribu del clan Tremere es el sacerdote de la manada. Seguidor del verdadero camino de Cain, no ha estado nunca de acuerdo con su clan original ni en forma ni en pensamiento. El odio que siente hacia ellos rivaliza con el que cualquier Sabbat puede sentir. Por desgracia, el resto de vástagos de la ciudad no suele hacer distinciones, y sólo la protección de sus hermanos de manada ha salvado a Samuel/Lorena de la muerte definitiva.
Ramón Arjona: Tzimisce de pocos siglos de edad, fue acogido en el seno de la manada tras servir bien a Agustín. El Ductu veló por el joven vástago hasta que decidió que su camino debía estar ligado a la secta. Su inteligencia y potencial son grandes activos para la manada, y su imaginación ha dado buenos frutos a la hora de complementar el entrenamiento marcial de sus hermanos.
Maria del Mar Carpio: Uno de los escasos Ventrue antitribu restantes en la ciudad. A pesar de que en ocasiones ha intentado volar sólo, al final siempre acaba regresando al seno de la manada, en dónde sus recursos son muy valorados. Conocedor de las viejas tácticas militares, siempre se puede contar con que mantendrá la disciplina en el campo de batalla.
Joaquin Granado: Nosferatu antitribu dedicado en cuerpo y alma a la supervivencia de su manada. Debe la vida a sacerdote y le será leal hasta el fin de sus días. Todo lo leal que un vampiro pueda ser a otro, se entiende. Es el guardián de los secretos de la manada, y el único que conoce las catacumbas bajo el monasterio a la perfección.
Lidia Herreros: Esta en otros tiempos vidente muy conocida en los barrios más marginales de la ciudad fue seguida muy de cerca por el Malkavian antitribu que la convertiría, otorgándole la no vida y un lugar en el entramado del tapiz que es el mundo. De cuando en cuando, sus visiones anticipan graves problemas, que gracias a ella son resueltos antes de ser un verdadero quebradero de cabeza. Una táctica privilegiada, goza de la confianza del ductu.
Dr Andrés De Proaza: Recién regresado de la “misión del sur”, la misteriosa tarea encomendada en su día por el aún vivo De Castro. Ninguno de sus camaradas de manada itinerante parecen muy dispuestos a hablar sobre ello. Este tremeré antitribu parece mucho más cómodo que cualquiera de sus congéneres en medio del baile de sombras que es el Sabbat, y usa sus conocimientos médicos de modo muy provechoso.

Manada Lealista: Ríos de Sangre

Ubicados en el viejo Duque de Lerma, el edificio más alto de Valladolid, la manada Ríos de Sangre es una rara avis entre los cainitas de la ciudad. Impredecibles, propensos a los estallidos de violencia contra cualquier manada extranjera, han aceptado comportarse relativamente en calma gracias a un trato con el propio Arzobispo que nadie parece conocer.

Angel Carrascosa: Brujah antitribu y ductu de la manada. Mantiene un leve control sobre los miembros de la misma, pero es tan proclive a sembrar el caos como los demás. Es la artificie del pacto con el arzobispo, pero ante su ausencia nadie sabe qué podría decidir hacer.
Ana Maldonado: Este voluble toreador antitribu es un adicto al arte corporal, y frecuentaba todo garito punk o alternativo antes de ser abrazado. Ese hábito ha marcado su personalidad como vástago y suele dejarse ver por la noche vallisoletana más de lo aconsejado. Su espiritualidad y su volubilidad le han convertido en lo más parecido a un sacerdote de la manada.
Javier Baena: Gangrel antitribu amante de la violencia física, y aficionado al fútbol, una de las pasiones que le quedaron como secuela de su vida humana. Siempre que hay un conflicto entre aficiones rivales, está presente para asegurar su cuota de golpes… y de sangre.
Estrella Alcañiz: Pander, el músculo de la manada. No tiene demasiada perspicacia, pero debe la vida a su ductu, y no hay nada que desee más que devolver su deuda. Ha tenido ciertos problemas con manadas vecinas por lo que no suele dejarse ver solo, a petición del sacerdote.
Jose Antonio Torres: Salubri antitribu, quizá el más cabal de todos los miembros de la manada… hasta que alguien mancilla el honor de cualquiera de ellos. Entonces se convierte en un enemigo implacable capaz de recordar las afrentas más nimias y lejanas.
Cesar Cornejo: Un extraño nosferatu antitribu, que ya era dueño de su destino incluso antes de la quiebra de su clan. Conoce muchos de los secretos del bajo mundo, y siempre intenta usarlos en beneficio propio y de su manada.
Carlos Zafana: Recién regresado de la “misión del sur”, la misteriosa tarea encomendada en su día por el aún vivo De Castro. Ninguno de sus camaradas de manada itinerante parecen muy dispuestos a hablar sobre ello. Nosferatu apocado, suele buscar sólo la compañía de los suyos.

Manada Ortodoxa: 30 monedas de plata

Ocultos bajo las catacumbas de la inacabada Iglesia de la Antigua, los “30 monedas de plata” son la facción más religiosa de los cainitas de la ciudad. Sus miembros abogan por el uso de más y más ritae en el devenir de sus no vidas, y en una adherencia aún más fanática a los principios que rigen el Sabbat. Cada vez en más auge, sus territorios de caza comienzan a crecer, amenazando los de la Sombra de Caín, por lo que los roces son cada vez más frecuentes.

Raúl Carballo: Ductu de la manada, es un malkavian antitribu obsesionado con los pasos del propio Caín, cuya senda procura seguir a rajatabla. Desprecia a todo aquel cainita que no se sienta orgulloso de su Padre, y ha decidido llevar su palabra a toda la ciudad.
Emilio Aguado: El sacerdote de la manada es un peculiar Tzimisce, que parece tan obsesionado con la religión de Caín como su líder. Se sabe que es capaz de adaptar su propio cuerpo de modos insospechados, pero no suele hacerlo delante de extraños.
Mónica Riesco: Este Lasombra, tan fanático como sus hermanos, es sin embargo, la voz disidente en la manada. Siempre discutiendo las decisiones del ductu, bien por ser demasiado tibias, bien por no lograr sus objetivos evangelizadores con celeridad. La tensión entre ambos es palpable.
Timadom Hatal: La presencia de este serpiente de la luz en semejante manada sólo es explicable como una verdadera conversión. Timadom se esfuerza por demostrar que ha abandonado los arcanos preceptos seguido por los seguidores de Set para volcarse en las tradiciones del Sabbat. Y más le vale, pues traicionar a las 30 monedas de plata es cortejar la muerte definitiva.
David Conde: Ventrue antitribu que suele ser el intercesor entre la manada ortodoxa y otras manadas, gracias a su talante dialogante y abierto. No obstante, será el primero en acudir a destruir a aquel vástago que traicione a la secta, convirtiéndose en un formidable enemigo.
Mariano Oñate: Gangrel antitribu, plagado de estigmas y cicatrices que testifican un gran sufrimiento. El cainita aceptó de buena gana semejantes marcas gracias a la fe inquebrantable que llena su mente. Realmente, nadie sabe el origen de las mismas, y no parece acertado sacar el tema a colación cuando el sujeto es un perro rabioso y fanático. Desaparecido en la cripta tras el cap 1.

Manada Moderada: Vástagos del Hereje

Esta curiosa manada ha decidido que más que los tejemanejes políticos entre diversas facciones, su tarea es proteger la ciudad de Valladolid de todo aquello que pueda amenazar su dominio. Lupinos, magos, Camarilla o Independientes, nada debería campar a sus anchas por Pucela, o al menos no sin el permiso del Arzobispo. Viven inmersos en la sociedad humana, mucho más que cualquier otro grupo de cainitas locales, y disponen de una guarida común en el barrio de Parquesol, cerca del Estadio José Zorrilla.

Jorge Valcarcel: Ventrue antitribu, Ductu de la manada. Es bastante longevo, algunos dicen que su sire vivió durante la fundación de la ciudad, y que poco después abrazó a su primogénito para asegurar la supervivencia de la urbe. Si algo amenaza la ciudad, será el primero en actuar, tenga o no permiso del arzobispo. Elegido Obispo de Guerra tras el Cap 1.
Hamsulfi Rahar: Uno de los muy escasos setitas antitribus, el sacerdote de la manada llegó hace mucho tiempo a Valladolid, y acabó encontrando un hueco entre los Vástagos del Hereje cuando quedó claro su amor por la ciudad y su ruptura con su clan ancestral. Entre sus negocios se encuentran kebabs y teterías, tan en auge hoy día.
Roberto Andrade: De sire desconocido, se sospecha que este Pander pudiera ser un Lasombra cuyo sire encontró la muerte definitiva a manos de la Inquisición Española. El chiquillo huyó hasta Valladolid y echó raíces tras unos duros primeros años sin amigos ni clan. Tras encontrar una nueva vida, no está dispuesto a que nadie la ponga patas arriba. Muerto tras el capítulo 2 por intentar estacar al arzobispo Pallares.
Adrian Montalvo: Toreador antitribu de intereses volubles, siempre relacionado con humanos taciturnos y bucólicos, a los que apadrina económicamente. De cuando en cuando, alguno llama su atención en especial, y su Ductu debe vigilarlo estrechamente para que no se meta en líos. Cosa que adora tanto como el arte.
Lucía De Heredia: Uno de los muy escasos Ravnos antitribu supervivientes tras la debacle de Balngladesh. Durante una temporada desapareció de la ciudad, ero ha regresado hace poco, cambiando su carácter vivaracho y pícaro por uno taciturno y gris. No se sabe dónde estuvo ni porqué volvió tan cambiado.
Ismael Muela: Brujah antitribu, y agente a tiempo parcial de la Mano Negra. Es el brazo ejecutor de la manada, y conoce bien los bajos fondos de Valladolid. Si se va a declarar una caza de sangre, a él es a quién acude el Arzobispo primero.
Margarita Santibañez: Recién regresada de la “misión del sur”, la misteriosa tarea encomendada en su día por el aún vivo De Castro. Ninguno de sus camaradas de manada itinerante parecen muy dispuestos a hablar sobre ello. Parece bastante interesada en la muerte del arzobispo anterior.

Manada: Ley de Caín

La antigua manada de Alfonso de Castro, a la que Pallares ha permitido seguir unida. Están volcados en averiguar más sobre la muerte de su mentor, pero han expulsado a Lucía Merino de ella por dedicarse más a sus propios intereses que a los de la manada.
Raúl Valero: El primogénito del Arzobispo Lasombra, su más leal lugarteniente y guardián. Hay pocos vampiros en la ciudad que gocen de la confianza de Alfonso de Castro, y este es probablemente el único en el que confíe de veras. Si es que eso es posible. Actúa como capitán de su guardia, y si es necesario hace las veces de templario, pues el arzobispo nunca ha reclamado ninguno.
Alicia Baeza: Otro de los escasos cainitas cercanos al arzobispo, es su guardaespaldas personal y jamás lo abandona sin una orden específica del mismo. Toreador antitribu, protegida especialmente por Alfonso desde mucho tiempo atrás. Desde la desaparición de su señor parece especialmente arisca, y se dice que apenas ha descansado desde la desaparición.
Francisco Sarria: Guardia del arzobispo, este Pander es la más reciente incorporación a la manada de Alfonso, y se rumorea que era él quién se encargaba de la seguridad el último día que se vio a su santidad con no-vida. Sea cierto o no, parece que se ha tomado con especial interés la búsqueda de la verdad.
Juan Bermudez: Brujah antitribu ll último miembro de la manada del Arzobispo no se encontraba en Valladolid cuando éste desapareció. Aunque aduce que se encontraba en una misión encomendada por Alfonso, nadie más la conocía, por lo que muchas miradas se ciernen sobre él.
Manuel Cortés “El Cicatriz”: Recién regresado de la “misión del sur”, la misteriosa tarea encomendada en su día por el aún vivo De Castro. Ninguno de sus camaradas de manada itinerante parecen muy dispuestos a hablar sobre ello. Es un ravnos bastante dado al jolgorio.

Inquisidores

No todos los vástagos presentes en la ciudad son miembros de manadas locales o embajadores de otras ciudades. Tres de ellos acaban de llegar a Valladolid y están poniendo muy nerviosos a los habitantes de la noche pucelana. El inquisidor Victor Quiñones llega escoltado por dos de sus hombres de confianza, sin que nadie parezca saber muy bien a qué se debe.
Victor Quiñones: Malkavian antitribu, agente de la Inquisición. Desaparecido en la cripta tras el cap 1.
Iván Ortiz: Tremere antitribu, sacerdote de la célula inquisitorial.
Sergio: Nosferatu antitribu, escolta del Inquisidor.

Independientes y extranjeros

Embajadores Assamitas

Rahid Houkhab, Jibrakan Tayl y Abir Aadab son tres assamitas (dos varones y una mujer) que provienen de la lejana ciudad de Córdoba. Poco se sabe de ellos o de su visita, al margen de que cuentan con la salvaguarda de Alfonso De Castro, acordada desde hace meses. El hecho de que éste haya desaparecido no parece haber alterado sus planes, y han llegado a Valladolid en su hora más convulsa. A pesar de que la mayoría de los hijos de Haqim regresaron al Alamut, parece que estos tres decidieron hacer caso omiso a la llamada, o al menos, posponerla. Aceptados como invitados por Pallares tras el Cap 2.
Rahid Houkhab: Guerrero Assamita
Jibrakan Tayl: Visir Assamita
Abir Aadab: Hechicera Assamita

Independientes

Hugo/Lucia Merino: Poderosa, engreída, ofensiva, solo el hecho de resultarle útil al nuevo Arzobispo la ha salvado de la extinción. Por ahora ha sido expulsada de su manda, Ley de Caín, y permanece sola que se sepa.
Rodrigo Alvarez: Este tremeré venido de muy lejos estuvo presente en la reunión de elección del nuevo arzobispo en calidad de investigador de la muerte de Alfonso, pero pareció dedicarse a muchas otras cosas. No ha vuelto a ser visto por aquí.